Dos de las enfermedades fúngicas más extendidas, mildiu
y Alternaria, se han de controlar a partir de un manejo adecuado del cultivo y
de los tratamientos necesarios.
El mildiu y la Alternaria constituyen dos
principales enfermedades que cada año amenazan al cultivo de la patata. Su
prevención y control comienza ya en el momento de la siembra, con aspectos como
la preparación del terreno o la elección de la variedad, y debe de proseguir
durante todo el ciclo de cultivo con los tratamientos fitosanitarios necesarios
y con adecuadas prácticas de manejo en aspectos como fertilización o riego.
Para conocer cómo han de ser las buenas
prácticas en la prevención de mildiu y Alternaria, hablamos con las
cooperativas Aranpino (Salamanca)
y Garlan (Álava), con Patatas Beltrán (Albacete) y con la
investigadora Raquel Marquínez, jefa del Laboratorio de Analíticas Vegetales de
Neiker-Tecnalia (País Vasco) y representante estatal en la European
Association for Potato Research.
Tanto
el mildiu, ya un viejo conocido del agricultor, como la Alternaria pueden
ocasionar graves pérdidas en los cultivos si no se controlan de forma eficaz.
La prevención ha de comenzar ya en la fase de preparación del terreno, sobre
todo en lo que respecta al mildiu. “Una de las principales cuestiones a tener
en cuenta en la prevención del mildiu radica en el control de la fuente de
inóculo. De dónde viene el hongo o cómo sobrevive”, apunta la investigadora
Raquel Marquínez. “El hongo que produce el mildiu, a diferencia del de la Alternaria,
se caracteriza por su especificidad. Ataca fundamentalmente a la familia de las
solanáceas (patata y tomate, ), no a otras especies, por lo que resulta muy
importante controlar que en la parcela no haya rebrotes de otros años. Los
restos de desecho, como patatas en mal estado de la campaña anterior, habrá que
enterrarlos también en un lugar alejado de la parcela”.
Controlada
la fuente de inóculo del mildiu, de cara a retrasar en lo posible la aparición
de la enfermedad, el segundo punto a considerar pasa por conocer los
requerimientos que necesita el hongo para su propagación. “Las condiciones para
su desarrollo se dan cuando durante 48 horas se producen dos periodos de al
menos 11 horas con más de 10º de temperatura y un 90% de humedad. Son
condiciones que generalmente ocurren en noches húmedas o días con lluvias”,
explica Raquel Marquínez.
Tratamientos fitosanitarios
En cuanto se produzcan las condiciones para
la aparición
de mildiu, se hace necesario iniciar los
tratamientos fitosanitarios preventivos. Lo ideal sería que el agricultor contase
con un sistema de avisos que le indicase cuando tratar. “Desde que se producen
las condiciones para el desarrollo del mildiu, los síntomas pueden empezar a
aparecer a partir del quinto día. Resulta importante
tratar antes de que ya haya daños en la
planta”, advierte
Raquel Marquínez.
En general, los técnicos de las cooperativas
consultadas coinciden en señalar que el agricultor acostumbra a estar
concienciado en la prevención del mildiu, si bien señalan también dificultades
para un adecuado control. “En Salamanca nos encontramos con cambios bruscos de
temperatura que pueden propiciar el desarrollo de la
enfermedad, sobre todo por las noches, y
tenemos el problema de que la enfermedad no se ve mientras se dé, además
contribuye a prevenir también la alternaria”.
Similar estrategia siguen en la cooperativa
Aranpino (Salamanca), en la que para evitar la aparición de resistencias, acostumbran
a combinar fungicidas con distinto modo de acción. “Normalmente rotamos un
sistémico, como el metalaxil, con uno de contacto, como el mancozeb”, apunta
Óscar de la Vega. En el caso de patatas dedicadas al almacenamiento se aplican
también antiespurulantes con el objetivo de que el hongo no baje al tubérculo,
afectando a su conservación.
Las cooperativas valoran los tratamientos
como eficaces para el control del mildiu. ¿Y cúal sería la media de tratamientos
adecuada o cada cuánto tratar? Todo depende otra vez de la zona, la
meteorología y las variedades cultivadas. “En nuestra zona, la media de tratamientos
ronda los 4-6, pero puede haber años de 2- 3 o zonas o campañas en las que sean
necesarios más de 6 tratamientos”, explica Raquel Marquínez, del centro de
investigación agraria Neiker-Tecnalia (País Vasco).
“Tampoco hay que pasarse de tratamientos. En
países con más problemas de mildiu que España, como Bélgica o Irlanda, se han
llegado a realizar hasta 20 tratamientos por cultivo, lo que medioambiental y
económicamente no tiene mucho sentido”. En el caso opuesto, se situaría la
situación que cuenta en Albacete el técnico Alberto Arcas, de Patatas Beltrán.
“Gestionamos unas 500 hectáreas de plantaciones propias en Albacete en riego
por aspersión, y por las condiciones climáticas de esta zona se puede decir que
prácticamente nunca tenemos ningún problema de mildiu
ni de Alternaria”, explica.
Alternaria, un hongo ‘más difícil’ La Alternaria,
a diferencia del mildiu, es un hongo polífago muy presente en el medio, según
explica Raquel Marquínez, por lo que evitar su llegada al cultivo cuando se dan
las circunstancias adecuadas para su propagación resulta misión imposible: “Se
trata de un hongo muy extendido.
Fuente: Agroquímica